sábado, 31 de enero de 2009

LOS MITOS HOMÉRICOS Y ÓRFICO DE LA CREACIÓN

Algunos dicen que todos los dioses y todas las criaturas vivientes surgieron del Océano que circunda al mundo y que Tetis fue la madre de todos sus hijos. Pero los órficos dicen que la Noche de alas negras, diosa por la que incluso Zeus sentía un temor reverente, fue cortejada por el Viento y puso un huevo de plata en el seno de la Oscuridad; y que Eros, a quien algunos llaman Fanes, salió de ese huevo y puso el Universo en movimiento. Eros tenía doble sexo y alas doradas y, como cuatro cabezas, a veces mugía como un toro o rugía como un león, y otras veces silbaba como una serpiente o balaba como un carnero. La noche que le dio el nombre Ericepayo y Protógeno Faetonte vivía en una cueva con él y se manifestaba en forma de tríada: La Noche, El Orden y La Justicia. Delante de esa cueva se sentaba la ineludible madre Rea tocando un tambor de latón para captar la atención de los hombres sobre los oráculos de la diosa. Fanes creó la Tierra, el Cielo, el Sol y la Luna pero la diosa triple goberno el universo hasta que su cetro pasó a Urano.

EL MITO PELASGO DE LA CREACIÓN

En el principio Eurínome, la Diosa de Todas las Cosas, surgió desnuda del Caos, pero no encontró nada sólido en qué apoyar los pies y, en consecuencia, separó el mar del firmamento y danzó solitaria sobre sus olas. Danzó hacia el sur y el viento puesto en movimiento tras ella pareció algo nuevo y aparte con que poder empezar una obra de creación. Se dio vuelta y se apoderó de ese viento norte, lo frotó entre sus manos y he aquí que surgió la gran serpiente Ofión. Eurínome bailó para calentarse, cada vez más agitadamente, hasta que Ofión se sintio lujurioso, se enroscó alrededor de los miembros divinos y se ayuntó con la diosa. Ahora bien, el viento Norte, también llamado Bóreas, fertiliza; por ello las yeguas vuelven con frecuencia sus cuartos traseros al viento y paren potros sin ayuda de un semental. Así fue como Eurínome quedó encinta.
Luego asumió la forma de una paloma aclocada en las olas, y a su debido tiempo puso el Huevo Universal. A petición suya Ofión se enroscó siete veces alrededor de ese huevo, hasta que se empolló y dividió en dos. De él salieron todas las cosas que existen, sus hijos: el Sol, la Luna, los Planetas, las Estrellas, la Tierra con sus Montañas y Ríos, sus Árboles, Hierbas y Criaturas Vivientes.
Eurínome y Ofión establecieron su residencia en el monte Olimpo, donde él irritó a la diosa pretendiendo ser el autor del Universo. Inmediatamente ella se golpeó la cabeza con el talón, le arrancó los dientes de un puntapié y lo desterro a las oscuras cavernas situdas bajo la tierra.
A continuación la diosa creó las siete potencias planetarias y puso una Titánide y un Titán en cada una: Thía e Hiperión para el Sol; Febe y Atlante para la Luna; Dione y Crío para el Planeta Marte; Metis y Ceo para el Planeta Mercurio; Temis y Eurimedonte para el Planeta Júpiter; Tetis y Océano para el Planeta Venus; Rea y Crono para el Planeta Saturno. Pero el primer hombre fue Pelasgo, progenitor de los Pelasgos; surgió del suelo der Arcadia, seguido de algunos otros, a los que enseñó a construir chozas, alimentarse de bellotas y coser túnicas de piel de cerdo como las que la gente pobre lleva todavía en Eubea y Fósida.